Los desafíos son oportunidades para crecer
By Sofia | From : Argentina | School : Hollywood Hills High SchoolHola, mi nombre es Sofía y soy de Argentina. Vine a Estados Unidos el 19 de enero de 2017 con toda mi familia porque en mi país la situación se estaba volviendo complicada. Ya habíamos pasado por varias experiencias difíciles: casi secuestraron a mi hermana mayor, y a mi papá le robaron y golpearon varias veces. Decidimos venir aquí en busca de un mejor futuro. Viajamos juntos como familia, lo que hizo que el proceso fuera un poco menos aterrador, aunque igual fue muy desafiante. Cuando llegué por primera vez a Estados Unidos, recuerdo sentir una mezcla de emociones: desde miedo y nervios hasta esperanza. Todo era nuevo para mí, y aunque estaba emocionada por comenzar una vida diferente, también estaba asustada porque no sabía qué esperar. Al principio, no era lo que me imaginaba. Pensé que todo sería más fácil, pero me di cuenta rápidamente de que había muchos retos por delante.
Al principio, adaptarnos fue muy difícil, especialmente para mí. Recuerdo que el primer día de clases, mis papás me llevaron a la escuela y una profesora nos mostró dónde quedaba mi salón, entré y había unas chicas sentadas que me saludaron. Me senté con ellas porque hablaban español, y poco a poco me hice amiga de ellas. Me traducían y me ayudaban con las tareas y me sentía un poco menos sola gracias a su apoyo. Ese primer día fue muy difícil para mí; cuando mis papás me fueron a buscar, salí llorando de la escuela porque me sentía abrumada y fuera de lugar.
Con el tiempo, fui conociendo a más personas y me hice muy amiga de una chica llamada Sofía O. Siempre estaba ahí para ayudarme, pero un día se levantó y le dijo a la profesora que ya no quería ayudarme más. Me sentí mal porque nunca entendí el porqué ya no quería ayudarme más. Me dolió mucho porque sentí que su actitud cambió sin razón, y eso me dejó muy confundida y herida. La verdad, fue una experiencia horrible que jamás olvidaré. Cuando escuché eso, me sentí triste y rechazada, porque no entendía por qué había cambiado su comportamiento. Después de eso, me cambiaron de asiento, lo cual fue difícil para mí. Y después de eso ya nunca más hablamos.
También recuerdo a otra chica llamada Camila. Un día, mientras estábamos en , me dijo algo que nunca olvidé: aunque al principio esas palabras me dolieron, entendí que tenía razón. Desde entonces, comencé a hacer las cosas por mi cuenta.
Hoy, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que esos momentos, aunque fueron difíciles, me ayudaron a crecer y a ser más independiente. Ahora puedo decir con orgullo que soy bilingüe y que todos esos retos valieron la pena. Siempre que vea a alguien nuevo que necesite ayuda y pueda ayudarle, lo haré. No repetiría lo que algunas personas me hicieron porque a mí no me gustó, y no querría que alguien más pase por lo mismo. Quiero ser una persona que haga la diferencia, ofreciendo apoyo, empatía y comprensión para que otros se sientan bienvenidos y valorados desde el principio.
Gracias a esos momentos, aprendí a ser más independiente y segura de mí misma. Hoy en día, puedo mirar atrás y sentirme orgullosa de mi camino. Ahora soy bilingüe, tengo amistades que me apoyan y he aprendido a enfrentar los retos.
A veces, los cambios y las dificultades parecen demasiado grandes, pero cuando miro atrás, me doy cuenta de que todo lo que viví me ayudó a llegar a donde estoy hoy. Estoy orgullosa del camino que he recorrido y de la persona en la que me he convertido. Cuando llegué aquí, tenía 10 años, era tímida y antisocial. No hablaba con nadie, a menos que ellos me hablaran primero. Hoy, ya no soy tan tímida y aunque sigo trabajando en mejorar esa parte, he avanzado muchísimo. A veces aún me cuesta hablar frente a otras personas, pero he aprendido a enfrentar esos momentos con más confianza.
Con el tiempo, me he vuelto más segura y valiente. He dejado de dejarme vencer por los miedos y he aprendido a enfrentar los retos de forma más decidida. He aprendido a salir de mi zona de confort y a confiar más en mí misma. A lo largo del proceso, he tenido el apoyo de personas que me han ayudado a crecer, lo que me ha dado la fuerza para ser más abierta y comunicativa. Aunque a veces me sigue costando, cada vez me resulta más fácil expresar lo que pienso y siento sin temor al juicio de los demás.
A quienes están comenzando este camino y enfrentando desafíos similares, les diría que no se den por vencidos y busquen apoyo cuando lo necesiten. Aprender algo nuevo toma tiempo, y es importante ser pacientes con uno mismo. Mi motivación para hacer las cosas por mi cuenta vino de entender que cada esfuerzo, por pequeño que fuera, me acercaba más a mis metas. Practiqué inglés todos los días: viendo programas con subtítulos, leyendo libros sencillos, escribiendo en un cuaderno y buscando recursos en YouTube. Todo eso, junto con las clases, contribuyó a mi mejora gradual.
Los desafíos son oportunidades para crecer, y cada paso que das te lleva hacia adelante. Rodéate de personas que te impulsen, y recuerda que tu esfuerzo siempre valdrá la pena. Hoy, miro atrás con orgullo por el camino que he recorrido y por la persona en la que me he convertido.