RUMBO A LO DESCONOCIDO (MI HISTORIA)
El 2020 cambió mi vida por completo. Antes de esto yo solía vivir en Puerto Rico, dónde tenía mucho contacto con la naturaleza, vivía con mi papá, disfrutaba de las comidas que hacía mi abuela y las personas son cálidas como la misma isla. Tenía a toda mi familia cerca exceptuando a mi mama y vivía muy feliz aunque la extrañaba, pero todo esto cambió cuando empecé a tener problemas con mi papá; debo admitir que él no era un mal padre sin embargo yo estaba en mi etapa de rebeldía para llamar su atención y el no sabía cómo lidiar conmigo. Con el pasar del tiempo los problemas iban empeorando así que decidí mudarme con mi tía unos meses mientras que mi mamá hacía todo lo posible para llevarme con ella a Estados Unidos. La convivencia con mi tía y mi prima fue bastante amena y seguía conviviendo con la familia de mi mamá y mi mejor amiga que fueron de gran ayuda y me sentía bien pero algo que me dolió mucho fue que mi papá no fue a verme hasta el día antes de mi partida.
El 14 de marzo del mismo año finalmente llegué a Boston a ver a mi mamá, en cuanto llegué me sorprendió mucho lo diferente que era todo desde el clima, los apartamentos y estructuras hasta las personas, había demasiada diversidad a la que no estaba acostumbrada. Días después cerraron todo debido a la pandemia y tuve que tomar clases virtuales de middle school pero fue muy desafiante porque no sabía el idioma y no me podía comunicar ni con los profesores ni con mis compañeros de clase aunque luego fue un poco más llevadero porque entre a high school y a pesar de que era aprendizaje remoto todos mis compañeros hablaban español, no hice amistad con ninguno porque soy un poco introvertida pero conocí un profesor de arte con el que me llevaba muy bien y podíamos hablar de libros; algo que nos interesaba a ambos . Además de esto, estar encerrada afectó mi salud mental, siempre estaba triste y me sentía sola porque cuando empezaron abrir tiendas mi mamá comenzó a trabajar de nuevo y yo me quedaba en casa. No salía ni a tomar el aire porque no conocía el sitio y me daba un poco de miedo. Creo que lo más que me afectó de toda la situación fue el hecho de que yo estaba muy conectada con la naturaleza en Puerto Rico, todos los días salía, tomaba el sol, iba mucho a la playa, alimentaba los animales de mi abuela y me sentaba en el jardín a leer o hablar con mi familia y aquí no existía nada de eso.
Tiempo después comencé asistir a la escuela, seguía sin hacer amistades porque se me hace difícil conocer gente nueva, pero ya me sentía mejor porque podía salir e iba conociendo sitios nuevos. Conforme pasó el tiempo hice 3 amigas las cuales hasta el día de hoy están presentes y estoy muy agradecida con ellas, también iba aprendiendo más el idioma y creando conexiones tanto con profesores como con compañeros. Mis fieles acompañantes durante todo este tiempo fueron mis libros, diría que son parte de mi personalidad, es algo que disfruto hacer desde hace mucho tiempo y lo seguiré haciendo siempre o por lo menos eso espero.
Durante esta travesía aprendí que las personas pueden estar para darnos una lección y no para quedarse, que los libros siempre van a ser el mejor escape, que el perdón es fundamental en la vida de una persona y que todo pasa, con el tiempo todo se cura, que las decisiones que tomes te seguirán y guiarán toda tu vida y que TODAS las historias son importantes no importa si tus desafíos fueron más ‘fáciles” que los de los demás.