Sorry

Erase una vez, un 20 de noviembre del 2006 en la República Dominicana nació una niña llamada Jerelin Lisbeth Lara Serrano al medio día, heredó un nombre no común y muy especial. El nombre Lisbeth significa “La que ama a Dios”. Otro significado de este nombre es “juramento de Dios” en arabe. En latin mi nombre significa “Dios ha prometido”. Cuando me di cuenta del significado de mi nombre mi corazón empezó a latir tan fuerte que se que quería salir de mi cuerpo. Me identifico más con el significado “Dios ha prometido” porque a medida que pasa el tiempo me he dado cuenta que Dios tiene un propósito para mi y mi familia. También me identifico con el significado de “La que ama a Dios” porque últimamente quiero establecer una relación sólida con Dios. 

Cuando era pequeña asistí a una iglesia católica dos veces en diferentes ocasiones. En la primera ocasión fue para la comunión de mi  prima. Me acuerdo del olor fresco a madera y la hermosa arquitectura que te hacían brillar los ojos como velas en la oscuridad. También me acuerdo de la música angelical que te hacían sentir que flotabas en el espacio. Me sentía bienvenida por el señor, sentí felicidad y tranquilidad en mi cuerpo. Me recuerdo de lo entusiasmada que estaba mi prima para completar su primera comunión. Se sentía como una flor esperando el sol en el amanecer. 

La segunda vez que asistí a la iglesia fue en la noche cuando una amiga me invitó. Recuerdo lo entusiasmada que estaba por asistir. Mi cuerpo se sentía como un globo flotando por las nubes. La iglesia es católica y está ubicada en el centro de un parque muy conocido. Por fuera la iglesia tiene una pintura rosa. La pintura de la Iglesia es de un tono suave que calma el alma a todo el que asiste. Recuerdo las luces fuertes que brillaban en mis ojos. Lo único que se escuchaba en la iglesia eran las voces de las personas rebotando por las paredes. 

Después de un tiempo ocurrió una tragedia que me cambió la perspectiva de Dios. Una de primas perdió a sus padres a una temprana edad. Sentí que era una injusticia ya que era una pérdida muy grande para una  niña pequeña. Sentí que la luz de nuestros corazones se nos apagó el día que este familiar falleció. Después de que sucedió este hecho en el pasado yo cuestionaba la existencia de Dios ya que me preguntaba el por qué le quitó a sus padres si tanto la ama.  Pero todo cambió cuando mi prima se convirtió al cristianismo y me di cuenta que se le regresó la felicidad. Mi prima pasó de tener una nube lluviosa por encima a rayos del sol que la iluminan todo el tiempo. Mi amor por Dios empezó a crecer como rosas en primavera. 

Últimamente me ha gustado la idea de convertirme al catolicismo ya que Dios tiene un propósito para mi en la vida, para ya poder cumplirlo me gustaría que él me guíe en mi viaje. Cada vez que pasaba tiempo con mi prima siempre la escuchaba hablar del cristianismo. Escuchaba lo mucho que le gustaba y veía lo feliz que estaba. Ahora que estoy en una edad donde la madurez nos llega al alma me siento preparada para dedicarle tiempo a Dios. Me siento como una flor en el invierno esperando el calor de primavera para poder nacer de nuevo. Lo primero que quiero hacer es comprarme una biblia porque para yo entender la palabra de Dios voy a tener que leerla. Lo segundo que quiero hacer es asistir a la iglesia para estar alrededor de otros católicos que me puedan ayudar a estar en un buen camino. Y lo último que quiero hacer es bautizarme para después hacer mi primera comunión y sellar mi relación con Dios.