Yo voy a seguir adelante y estaré mucho mejor con el tiempo
By Kryshell | From : Venezuela | School : Coral GladesSPANISH VERSION
Soy Kryshell Ponte y tengo 16 años. Nací en Venezuela y me mudé a los Estados Unidos en 2022. Esta es mi historia, daré mi punto de vista y contaré sobre mi experiencia al tener que mudarme de país y todo lo que pase durante este proceso.
Cuando yo era más pequeña, siempre decía y deseaba viajar por el mundo y en particular ir a Estados Unidos. Por lo general, ya tenía en mi conciencia que ese sueño no sería posible ya que desde muy chiquita sabía que mis papás no tenían suficiente recursos para darnos tal lujo. Aunque me gustaba la idea de viajar y que mis papás solían dar opciones como ir de vacaciones, salir del país y conocer lugares nuevos, siempre lo negaba porque de alguna manera u otra sabía que se gastaría mucho dinero en ello. Era una cosa que yo no buscaba, prefería mil veces gastar el dinero de un viaje como ese, gastarlo en comida y cosas que necesitemos. Siempre he sido una chica simple, sin intereses y para nada exigente con lo que tengo. Normalmente suelo poner a los demás por encima de mi, por lo que suelo velar por sus vidas más que por la mía, es algo que no me molesta porque así soy.
Mis XV fueron algo simple y sencillo. Fue una pequeña reunión con algunas amigas y familia cercana (familia de cariño más no de sangre). Fue en una piscina y había escogido una temática simple, era una fiesta hawaiana y había invitado a mis amigas más cercanas y a mi mejor amigo. Ese día la había pasado muy chevere y lo disfruté mucho, qué era lo que importaba en ese momento.
Días después fue Año Nuevo, para celebrarlo mi familia y yo habíamos hecho una fiesta en una piscina y había vuelto a invitar a mi mejor amigo. Cosa que para mis papás no fue una gran sorpresa porque ellos ya sabían que él me gustaba hace dos años atrás. Pero lo que mis papás no sabían es que él ya no me gustaba y habíamos acordado ser mejores amigos aunque yo ya lo consideraba como un hermano menor para mí porque era un año menor que yo. Pues para mi sorpresa, ese día en la piscina por Año Nuevo él quiso hablar con mis papás y lo que yo había llegado a escuchar fue “Le quiero pedir la mano de su hija para que sea mi novia”. Como era de esperarse mis papás les explicaron lo mejor que pudieron que no porque nos íbamos a ir del país, aunque ellos emitieron la parte de la mudanza, mi hermanito había entendido. Ya cuando volvimos a clases, no logré guardar el secreto y con el tiempo comencé a contarles a todos el hecho de que me iba a ir. No lo contaba con ánimos, es más lo contaba con tristeza recordando bien, en ningún momento supe cómo decirlo de la manera apropiada (aunque creo que no existe una manera adecuada para decir que te mudas del país). Cada vez que lo decía me daba nostalgia y tenía la impotencia de llorar, en esos momentos odiaba tener que ser tan sentimental. Ese era mi cuarto año de bachiller por lo que el año siguiente supuestamente me graduaria. Tal vez así entiendan el porque me dolió irme, aunque no solo fue por eso.
En ese momento una de las cosas que más deseaba era poder quedarme y graduarme con la gente que ya conocía y en la escuela donde crecí. En verdad me dolía dejar mi escuela y saber que a la vuelta de la esquina ya me veía graduada, en verdad me dolía dejar la casa donde crecí, donde viví tantas cosas. El tener que dejar un lugar lleno de recuerdos (tanto buenos como malos), me dolía y mucho. Nunca supe cómo controlar la tristeza y la nostalgia que tenía en ese momento (y actualmente tampoco sé cómo). Yo ya sabía que me iba a terminar lo que me quedaba de año escolar.
En el poco tiempo que me quedaba, yo hacía hasta lo imposible por participar en todo lo que se hacía en la escuela, incluyendo lo que hacía la clase que ya se graduaba (creo que muchos pueden decir que me metí tanto en eso que yo parecía parte de esa promo). Siempre trataba de aprovechar cada momento allí o lo que me quedaba al menos. Decidí disfrutar cada segundo que pasaba tanto en la escuela como en mi casa, ir a la casa de mi tía, ir a visitar a mis amigas y salir con mis amigos. En un principio nunca supe el día que me iba, por lo tanto mi forma de desahogarme de tanta angustia era pasando los días como si fueran los últimos sin saber si me iba o no. Pero uno de mis dolores más grandes fue cuando llegó mi último día de escuela.
Ese mismo día había marcado mis camisas de la escuela, también marqué una bandera con la firma de todos e incluyendo algunos profesores. Ese día la estaba pasando muy bien hasta que llegó la hora de irnos y sonó mi último timbre, justo en ese momento no supe qué hacer o cómo reaccionar y lo que hice fue romper a llorar y todo los que estaban a mi alrededor me abrazaron. Ese día me dolió muchísimo. Siempre he tenido muchos altos y bajos, al final terminé mi último año y me dolió bastante dejar algo de lo cual me había aferrado tanto, pero aprendí a seguir adelante. Al final me alegro de venir, porque pudimos reencontrarnos con mi papá. Yo voy a seguir adelante y estaré mucho mejor con el tiempo.
Y bueno, esta fue, es y seguirá siendo mi historia favorita de mi vida…. Gracias por ser partícipes de ella al leerla. Con cariño Kryshell, besos…
ENGLISH VERSION
I am Kryshell Ponte, and I am 16 years old. I was born in Venezuela and moved to the United States in 2022. This is my story. I will give my point of view and tell you about my experience of having to move from the country and everything that happens during this process.
When I was younger, I always wanted to travel around the world, especially to the United States. However, I had already in my conscience that that dream would not be possible since I knew from a very young age that my parents did not have enough resources to give us such a luxury. Although I liked the idea of traveling, and my parents used to give options like going on vacation, going out of the country, or getting to know new places, I always denied it because, in some way or another, I knew we would spend a lot of money on it. It was something I was not looking for. I would just rather spend that money on food and things we need. I have always been a simple girl, without interests or anything demanding with what I have. I usually put others above me, so I take care of their lives more than mine. It is something that does not bother me because that is what I am.
My fifteenth birthday was something simple. It was a small meeting with some friends and close family (family of affection but not of blood). It was in a pool, and I chose a simple theme: a Hawaiian party. I invited my closest friends and my best friend. That day was very cheerful, and I enjoyed it, which was what mattered at that moment.
Days later it was New Year, so to celebrate my family and I had a party in a pool. I invited my best friend again, which for my parents was not a big surprise because they already knew I liked him two years ago. But what my parents did not know was that I did not like him anymore, and we had agreed to be best friends instead. However, I already regarded him as a younger brother to me because he was a year younger than me. Well to my surprise, that day at the pool, he wanted to talk to my parents, and what I heard was “I want to ask for your daughter’s hand to be my girlfriend.” As was to be expected, my parents explained to him the best they could that it could not be possible because we were going to leave the country, so my little brother understood. When we returned to class, I failed to keep the secret, and over time, I began to tell everyone that I was going to leave the country. I did not count it with encouragement, rather I told them with sadness. At the time did not I know how to say it appropriately (although I think there is no appropriate way to say that you are moving out of the country). Every time I said it, it made me nostalgic, and I had the power to cry in those moments, I hated having to be so sentimental. That was in 11th grade, so the following year I was supposed to graduate. That is why I was hurt by leaving the country, although it was not just for that.
At that time, one of the things I wanted the most was to be able to stay and graduate with the people I already knew and in the school where I grew up. It hurt me to leave my school and to know that around the corner, I had already graduated. It hurt me to leave the house where I grew up and where I lived so many things. Having to leave a place full of memories (both good and bad) hurt me a lot. I never knew how to control the sadness and nostalgia I had at the time (and I don’t even know how at the moment). I already knew I was about to finish the school year and then I would move to the U.S.
In the short time I had left, I did the impossible to participate in everything that was done at school, including what the class that was already graduating did (I think many people can say that I got into it so much that I seemed to be part of that class). I always tried to take advantage of every moment there or what I had left at least. I decided to enjoy every second I spent at school and home, at my aunt’s house, with my friends, and going out with my friends. At first, I never knew the day I was going, so my way of getting rid of such anxiety was spending the days as if they were the last, without knowing whether I was leaving or not. One of my greatest pains was my last day of school.
That same day I wrote on my school shirts, I also wrote on a flag with the signatures of everyone, including some teachers. That day was going very well until it was time to go, at that moment I did not know what to do or how to react. I started crying, so everyone around me embraced me. That day hurt me very much; I have always had a lot of ups and downs. In the end, I finished my last year, and it hurt a lot to leave something that I had clung to so much, but I learned to keep going. I am glad to live in the United States, because we were able to see my father again. I am going to go ahead, and I will be much better with time.
And well, this was it is, and will continue to be my favorite story of my life. Thank you for being part of it when you read it. With love Kryshell, kisses