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SACANDO LA MEJOR VERSION DE MI

By Thereza  |   From : Cuba / Haiti  |   School : Coral Glades High School

Cuando me dicen que hable sobre la vida en mi país, me entra una nostalgia inexplicable. Tengo tantas experiencias maravillosas que no sabría por dónde comenzar, pero voy a empezar por el principio. Yo nací en Santiago de Cuba, donde me crié durante 8 años. En ese tiempo, mi lugar favorito era la escuela, porque amo aprender e interactuar con personas de mi edad. Gracias a Dios, conocí ese tipo de personas con buenas vibras, que solo vinieron a traer cosas buenas.

Entre las personas importantes en el círculo infantil se encuentran: todas las maestras, directoras, auxiliares de limpieza, y mis amigos como Ana Esther, Nailietys, Natali, entre muchos otros que hoy en día todavía son mis amigos. Yo en el círculo siempre estaba participando en todas las presentaciones y jugaba con todos. Digamos que tuve muy buenas oportunidades desde que nací, pero jamás fui avariciosa, ni egoísta, ni mucho menos envidiosa; lo que significa que en varias ocasiones doné mis juguetes, regalé vestidos nuevos cuando vi que otras niñas no tenían… porque mi objetivo era que todos fuéramos felices, sin que unos fuéramos mejores que otros.

Obtuve muchas medallas y diplomas, y los compartí con mi familia y compañeros. Tiempo después llegó la etapa de primaria, todo fue maravilloso. Como todo comienzo, fue un poco intrigante y estaba nerviosa, pero mis deseos de superación y mi curiosidad sobrepasaron todos esos miedos. Gracias a Dios, tuve unos maestros con la mejor preparación y grandiosos. De todos, la que más me marcó fue Silvia, porque era más que maestra, enseñaba con el alma. Sus correcciones eran elogios. Ella fue mi maestra durante tres años y aún conservo lo aprendido.

En todo ese transcurso pasaron muchas cosas. Por ejemplo, a los 6 años, en el primer año de la escuela primaria, hice un casting de baile y lo pasé. Cabe destacar que yo bailaba casi desde mi nacimiento. Mi familia decía que tenía el baile en la sangre porque soy cubana y “pichón” de haitiano (mi papá es de Haití). Comencé a bailar en carnavales, viajé por varias provincias de Cuba, participé en competencias… bailé con sentimiento en los mejores teatros y lugares de mi provincia. Logré perfeccionar ese arte gracias a mi profesor Agustín Delgado, quien influyó de manera significativa en mi autoestima, mi sandunga, mi vibra y mi mente. El grupo se llama “Mente Sana”, su nombre lo dice todo. Conocí a personas maravillosas, era como una familia.

A la edad de 8 años, me mudé a La Habana. Fue muy difícil para mí dejar atrás mi ciudad natal, pero con el tiempo fui aprendiendo cosas nuevas. Al empezar desde cero en un nuevo lugar, me permití a mí misma aprender nuevas cosas, me puse retos y hice cosas que la Thereza de Santiago de Cuba jamás habría tenido el valor de hacer. En mi escuela nueva había estudiantes que se reían de mí por mi acento, decían que yo era “guajira” (yo jamás he vivido en el campo), pero el que no sabe es como el que no ve. Con el tiempo, todos los que me criticaron empezaron a respetarme y a quererme. Soy fiel creyente de que un gran amor nace de un gran conocimiento; por lo tanto, ellos no podían quererme si no me conocían.

En tercer grado, esos mismos estudiantes me escogieron como su presidenta de destacamento para representarlos ante toda la escuela. En la primaria de La Habana conocí profesores como Milvia, Juana, Jorge Calvo Magallón, Acaena, entre otros. En cuarto grado fui presidenta del Colectivo de la escuela, aunque con la menor cantidad de votos. Estaba muy emocionada por mi gran logro; iba a empezar a hablar en los matutinos delante de todos los estudiantes, profesores y directores.

Gracias a Dios, después de unos años, a los 15 años, tuve la oportunidad de mudarme a los Estados Unidos. Para ser sincera, no quería venir; en primer lugar, jamás he tenido el dichoso “sueño americano”; en segundo lugar, no quería separarme de mi abuela y mi familia; y tercero, pero no menos importante, la ignorancia que tenía sobre lo que me esperaba, ya que lo que vino solo trajo cosas buenas. Aprendí un nuevo idioma, mi forma de pensar ha cambiado, y en estos momentos soy una Thereza independiente, con metas, sueños, planes, una adolescente con deseos de comerme el mundo. Pero soy capaz de decir que nada hubiera sido posible sin la presencia de Dios, sin ese pasado magnífico del cual estoy más que orgullosa, sin esas personas líderes que me rodearon desde mi nacimiento y sin ese desierto que un día me hizo sufrir, pero hoy lo cuento con orgullo.

Mi mensaje es que disfruten cada momento de su vida; lo que está pasando ahora es un momento, no es toda tu vida, pero haz las cosas con amor. Recuerda que el conocimiento siempre queda, siempre sirve y siempre abre camino. Aprendí que, como seres humanos, debemos eliminar la ignorancia y darle paso a la sabiduría. Jamás pierdas la humildad y recuerda siempre de dónde vienes, y principalmente, no te avergüences de absolutamente nada. Dios tiene un plan perfecto para cada uno, por lo tanto, no envidies a los demás.

Esas son muchas de las cosas que he aprendido después de 2 años fuera de mi tierra amada, Cuba. Esto anteriormente contado es solo una parte de mi increíble historia, pero el mensaje está claro: enorgullécete cada día más de lo que eres, perfecciónate sin miedo al éxito.

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