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De la Pasión a la Valentía

By Juliana  |   From : Boston  |   School : Margarita Muniz Academy

En una mañana caliente y callada como un solitario, desierto nacio una niña de color caramelo con los risos mas grande que se han visto. El orgullo se sentía en la casa, lágrimas de felicidad y sonrisas llenaban las caras de su familia. Ella era una niña muy feliz siempre se estaba sonriendo y haciendo a los demás reir. Una niña muy traviesa, cuando se levantaba primero que sus mamá iba a la nevera y buscaba que comer. Más venturosa que ella no había, siempre quería visitar lugares nuevos, comer cosas diferentes, y hacer cosas nuevas. Muy atrevida siempre hacia lo que su mamá le decía que no hiciera le gustaba hacer lo que quería cuando quería. Su nombre significa fortaleza, y valentía. Esa niña soy yo, Juliana Tena. Ahora tengo casi 17 años y todavía soy igual de atrevida, y traviesa que antes. Siempre he sido muy valiente, aunque algo me asustaba nunca me echaba para atrás, siempre me han gustado los desafíos. 

Una de mis pasiones desde niña es el volleyball, lo he jugado desde que tenía los 9 años. Me encanta ser parte de un equipo especialmente si tiene que ver con algo que me gusta hacer, me gusta ayudar a los demás con cosas que ya sé hacer. En mi segundo año de secundaria, empecé a jugar con la escuela vecina, y ese fue el único equipo que se ha sentido como una familia, es un sentimiento inexplicable. 

En el verano del 2023 mi equipo y yo nos levantábamos a las 7 de la mañana para llegar a la práctica a las 8 de la mañana, normalmente no me gusta levantarme temprano, pero ese año mi meta era ser capitana del equipo y demostrarle a mi entrenador que yo si queria estar alli, ya que me sentía comprometida a contribuir más al equipo. En todas las prácticas, siempre era una de las primeras en llegar con mi sonrisa contagiosa y mi energía positiva. Todo iba bien, el entrenador hasta me proclamó capitana del equipo. Dos semanas antes de que empezaran las clases, recibí unos mensajes del maestro de educación física de mi escuela diciéndome que no podía seguir jugando con mi equipo porque mi escuela ya había hecho su equipo y por lo tanto debía jugar con ellos. Esos mensajes me rompieron el corazón, sentí una ola de tristeza sobre mi cuerpo, mi mama se dio cuenta de mi cambio de humor. Ella me dijo que lo que sea que quisiera ser o hacer, ella estaría orgullosa de mi y me extiende su  apoyo. Le conté a mi entrenador lo que estaba pasando y él me habló sobre el contrato que las dos escuelas tenían en cual se indicaba  que si los deportistas que han jugado con ellos anteriormente obtenían permiso, podrían entonces seguir jugando con ellos si querían. Más tarde, ese mismo día la principal de mi escuela le escribió a mi mamá y le dijo que quería hablar con ella porque yo estaba rompiendo las reglas de la escuela. Mi mamá le expresó a la principal como yo me sentía sobre la situación y le dijo a la principal que ella estaba de mi lado cualquiera decisión que yo tomara. 

En medio de la situación, continué practicando con mi equipo hasta que comenzó la escuela aunque estaba nerviosa y me sentía como una niña que iba a empezar la escuela por primera vez. Tenía miedo que los maestros me trataran diferente por seguir jugando para otra escuela cuando la nuestra ya tenía su propio equipo. No quería que juzgarán mis acciones como una falta de respeto o lealtad. El primer día que volví a la escuela, me sentía asustada y no hablé con nadie el día entero. Nunca me había sentido tan chiquita en mi vida. Algunos días después me escribe mi entrenador y me dice que no podré seguir jugando con el equipo sin el permiso de mi principal porque eso podría perjudicar al equipo completo, sentí que me habían sacado el corazón. Todos los días después de la escuela, iba a las prácticas y a todos los juegos aunque no podía jugar, quería apoyar a mi equipo. Fui a comunicar con la principal porque anteriormente ella no hizo ningún esfuerzo para hablar conmigo, fui a primera hora a su oficina. Durante el tiempo que yo estuve en su oficina solo seguía diciendo todas las razones por la que no podía jugar con mi equipo, lo único que yo quería hacer era dejarle saber como yo me sentia sobre la situacion y despues de escuchar todo lo que dijo que dijo me sentí atrapada, controlada, me sentía como si mi opinión y sentimientos fueran nada. 

Aun así no me di por vencida, eso me desanimo pero no me iba a rendir asi de facil, hable con mi entrenador para que contactara el jefe del departamento de deportes de boston public schools, para poder hablar con él ya que en mi escuela no me estaban dejando expresarse. En esa reunión, si pude expresarme ellos me escucharon y expresé todo lo que sentía. Les dije que si no era con mi equipo que me dolería en el alma, pero si no era con ellas no iba a jugar esa temporada. Una semana después me enteré que me iban a dejar jugar con mi equipo y sentí que todo se estaba arreglando. Comprendí en ese momento como el significado de de mi nombre “valiente” y “determinada” se manifestaron sin control al defender lo que más me apasiona. Con esta experiencia aprendí, que debemos seguir triunfando no importa si tus sueños parecen imposibles. Muchas veces sentí que me quería rendir y fue un momento muy difícil para mí porque sentía que mi opinión no importaba y a la vez me sentía vacía sin la única cosa que me motiva para tener buenas calificaciones en la escuela. La vida te lanzará muchas curvas, pero nada en la vida es imposible. Todo lo que quieras hacer es posible si sigues triunfando, nunca te des por vencido, NUNCA.

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