Sorry

Nací en la República Dominicana, una isla caribeña donde el sol siempre parece brillar con fuerza y el mar susurra sus historias en la orilla. Mi país es vibrante y lleno de ritmos que nacen en cada rincón, como el merengue y el dembow, que contagian de energía a todos. La comida es un festín para los sentidos: desde la bandera dominicana, hasta el mangú, que es como un abrazo en cada bocado. El clima allí es cálido y eterno, parece que el sol nunca se oculta, manteniendo todo  en movimiento. La vida en la República Dominicana siempre está llena de colores y sonidos de tamboras que suenan, tun tun tun, haciendo que cada día de vacaciones  se sienta inolvidable.

Nací el 13 de octubre, un día lleno de emociones, como si el dolor y la felicidad se abrazaran en el aire. Nací en la temporada de huracanes, que es durante el otoño, así que el día de mi nacimiento estaba lloviendo fuerte, como suele pasar en esa época.  Por otro lado, en la sala de parto, como si el dolor y la felicidad se abrazaran en el aire.  Por un lado el doctor, mi mamá, mi prima por parte de madre y abuela materna se preparaban para darme la bienvenida con brazos abiertos, rodeada de amor.

Al momento de la selección de mi nombre, la inspiracion surge por el nombre de mi papá, sin embargo fue elegido con amor por mi madre y mi abuela. Mi papa se llama Felipe, cual significado esta relacionado con el amor por los caballos. Al principio, mi mamá pensó en llamarme “Felina,” pero el nombre no la convencía, así que mi abuela dijo “Felinet” un nombre que finalmente encontraron perfecto. Mi nombre tambien esta relacionado con una mujer santa del Nuevo Testamento, pero no me siento identificada con esas ideas, ya que creo que todos los humanos cometemos pecados. Me considero más una persona amigable, siempre dispuesta a ayudar a los demás y a estar cuando me necesitan. Aprecio profundamente las oportunidades que la vida me ha dado, sabiendo que no todos tienen un hogar o la posibilidad de tener algo tan básico como un almuerzo. Mi fé en Dios es la base de todo lo que soy,  creo firmemente que todo lo que tengo es gracias a él. Gracias a Dios , me siento completa y nunca me falta nada.

Vine a los Estados Unidos, porque mis padres decidieron que era lo mejor para mi hermana mayor y para mí, con la esperanza de un futuro mejor. Actualmente tengo 16 años, pero ya no siento que mi cumpleaños sea tan especial, porque no estoy con mi familia como acostumbraba. El verdadero sentido de mi cumpleaños lo encuentro al pasar un momento feliz con mis amigas y mi novio, a quienes conocí en la escuela secundaria. Cuando llegué a los Estados Unidos, pensé que mi vida sería más aburrida, pero todo cambió al conocer a estas tres personas especiales para mí. Pero desde entonces mi estadía en esta nación se tornó más divertida y feliz gracias a ellos. 

Me gusta mi nombre porque no es peculiar y siento que me representa, por eso no lo cambiaría. Mi nombre es más popular en Argentina y Francia, lo cual encuentro interesante, pero los significados que encontré no se ajustan mucho a mí.  Me veo más como una persona pacífica y amable,  creo que esas son las características que realmente me definen. A pesar de que los significados tradicionales no me conectan, mi nombre sigue siendo una parte importante de lo que soy. No me importa tanto el significado literal, ya que lo que más importa es cómo me siento con él.