LAS AVENTURAS DE JORDY
By Jordy | From : Nicaragua | School : Hollywood Hills High SchoolHola, me llamo Jordy y soy de Managua, Nicaragua. Tengo 18 años, nací en el 2006. Decidir dejar mi país para venir a los Estados Unidos fue una de las decisiones más difíciles de mi vida. Aunque sentía mucha emoción por la oportunidad de una mejor vida, también sabía que iba a enfrentarme a muchos desafíos, algunos que nunca imaginé. Este viaje, que llamé “Las aventuras de Jordy”, no solo fue largo, sino que también me llevó por varios países, cada uno con su propia historia y dificultades. A medida que avanzaba en el viaje, la ansiedad crecía, pero a la vez, tenía la esperanza de que lo que estaba haciendo sería lo mejor para mi futuro.
Uno de los mayores desafíos que enfrenté fue dejar a mi abuela, que fue como una segunda madre para mí. Pasaba mucho tiempo con ella, me cuidaba y me enseñaba muchas cosas, desde recetas familiares hasta historias de la vida. Recuerdo especialmente sus comidas, que eran lo mejor del mundo para mí. El indio viejo es uno de mis platillos favoritos, con ese sabor único que solo ella sabía darle. También el arroz aguado, la sopa de queso, y la sopa de res, cada bocado me hacía sentir como si estuviera en casa, rodeado de amor. Decirle adiós fue muy doloroso, ya que ella siempre estuvo ahí para mí, y sabía que al irme, no sabría cuándo la vería nuevamente.
Además, otro gran reto fue dejar a mis amigos del colegio. Había comenzado a acercarme mucho a ellos, y estábamos creando recuerdos muy especiales. Íbamos al parque, al acuario, y muchas veces, hasta la noche jugábamos juntos en el muelle, disfrutando de esos momentos de libertad. Lo difícil era que, aunque mis amigos no sabían que me iba a ir, yo lo sabía, y sentía que debía aprovechar al máximo esos momentos, aunque me costaba un poco no poder decirles la verdad. Todos esos momentos se quedaron conmigo, pero también me motivaron a seguir adelante, sabiendo que estaría un paso más cerca de mi papá, a quien nunca había conocido. Él tuvo que dejar Nicaragua cuando yo tenía solo un año, y fue entonces cuando mi mamá asumió toda la responsabilidad de cuidarme mientras él trabajaba para conseguir una vida mejor para nuestra familia.
Los primeros días en los Estados Unidos fueron realmente extraños. No solo tenía que adaptarme a un nuevo país, sino también a un ambiente completamente diferente. El idioma, las costumbres, las personas, todo me resultaba ajeno, y eso hizo que me sintiera muy solo y desconectado. Las semanas al principio fueron difíciles, pero con el tiempo fui aprendiendo a lidiar con la nostalgia y la incertidumbre. Un momento crucial fue cuando ingresé a Hollywood Hills High School, una nueva etapa en mi vida. Al principio, me sentí un poco perdido, especialmente porque, aunque había personas que hablaban español, no me sentía completamente aceptado. Fue un desafío muy grande porque nadie me ofrecía ayuda, incluso cuando hablaba con personas que compartían mi idioma. Eso me hizo sentir mal al principio, pero fue esa misma frustración la que me motivó aún más a seguir adelante, aprender el idioma y adaptarme a la nueva cultura. Sabía que si quería progresar, tenía que esforzarme más que nunca.
A pesar de todos los obstáculos, me encontré con algunas personas en la escuela que, poco a poco, me hicieron sentir más cómodo. Aunque al principio no fue fácil, pude hacer nuevos amigos y descubrir que, aunque el proceso de adaptación lleva tiempo, no era imposible. Aprender el idioma fue una de las metas más importantes para mí, ya que me abriría muchas puertas y me ayudaría a entender mejor a las personas y la cultura que ahora me rodeaban. Fue una lucha constante, pero poco a poco me fui sintiendo más integrado. A pesar de que al principio me sentía perdido y a veces desmotivado, la idea de superarme y la esperanza de conocer finalmente a mi papá me mantuvieron en pie.
Mi viaje está lejos de haber terminado, pero cada paso que doy me acerca más a mis metas. La vida en los Estados Unidos no es fácil, pero la experiencia que estoy viviendo me está enseñando muchas lecciones, lecciones que nunca imaginé aprender cuando aún estaba en Nicaragua.