Milannys y los Colores del Cambio.
By Milannys | From : Dominican Republic | School : Margarita Muniz AcademyNací un 30 de junio. En el corazón del verano, cuando el sol brillaba con más fuerza y la vida parecía florecer en cada rincón. Desde ese día mi existencia ha estado marcada por la calidez y la energía vibrante de esta estación. Mi madre siempre narra cómo se sentía el día de mi nacimiento dice que estaba nerviosa y emocionada al mismo tiempo, esperando mi llegada. Ella recuerda que cuando finalmente llegué, mi llanto resonó en la sala como una melodía nueva y mi papá estaba allí, con lágrimas de alegría en los ojos, listo para darme la bienvenida a la familia.
Mi nombre es Milannys tan refinado como el café que me tomo todas las mañanas con mi madre. A menudo cuando digo mi nombre las personas no lo pueden pronunciar bien. Mi nombre tiene raíces que se entrelazan en la rica cultura hispana. Significa ¨fuerza¨ y ¨amor¨, lo cual siempre me ha parecido fascinante porque resuena con lo que mis padres deseaban para mi desde el momento en que nací. Ellos eligieron este nombre en honor a mi abuela, quien siempre decía que un buen nombre debía llevar consigo la esencia del amor familiar. Mi identidad ha sido forjada por una serie de influencias y experiencias que se entrelazan como hilos en un tapiz colorido. Desde pequeña, mi mamá ha sido una figura fundamental en mi vida. Su fortaleza y sabiduría siempre me han inspirado a seguir adelante incluso en los momentos más difíciles. Sus palabras me enseñaron que cada obstáculo es una oportunidad para crecer. También mi hermana mayor tiene un lugar muy importante en mi vida ya que ella me motiva a dar lo mejor de mi siempre y otras personitas más.
Las experiencias vividas, desde los momentos de alegría hasta los desafíos más abrumadores han sido lecciones valiosas que aprendo. Hace poco me mudé a Boston. La decisión de mudarme de mi país natal a Boston fue un paso monumental en mi vida. A medida que se acercaba la fecha de partida , me invaden sentimientos encontrados como: emoción por lo desconocido y nostalgia por dejar atrás todo lo familiar. Mi familia me apoyó en cada paso del camino, pero no podía evitar sentir un nudo en el estómago al pensar en lo que dejaba atrás.
Al llegar a Boston, el bullicio de la ciudad me recibió con los brazos abiertos. Las calles estaban llenas de vida, los ruidos del tráfico y las risas resonaban en el caliente verano. Recuerdo haberme maravillado con la arquitectura. La mezcla de culturas era palpable, cada esquina ofrecía algo nuevo y emocionante. Sin embargo, no todo fue fácil. La barrera del idioma está siendo un desafío importante para mi. Aunque tenía algunos conocimientos básicos del inglés, muchas veces me encuentro buscando palabras o luchando por entender conversaciones rápidas. Pero esos momentos también están siendo oportunidades para aprender y crecer. Cada error se está convirtiendo en una lección valiosa.
Con el tiempo, estoy comenzando a construir nuevas conexiones. Mirando hacia atrás, mi mudanza a Boston fue más que solo cambió de dirección geográfica, fue una transformación personal. Aprendí a ser resiliente y abierta ante lo desconocido. Cada experiencia vivida aquí ha moldeado mi identidad de maneras que nunca imaginé posible.