Sorry

Preguntas que parecen fáciles de responder a simple vista, pero en realidad no tienen ningún significado para mí. No sé por qué no lo tienen, simplemente no lo tienen. Ha sido así desde que era pequeña. Hay personas que saben quiénes son y se sienten orgullosas de sí mismas, sin importar el significado de su nombre o de dónde provienen. En mi caso, todo es un enigma. Esto es parte de la historia, supongo que esta es la parte de la historia en la que respondo esas preguntas.

Había una vez una familia, una familia rota. Llena de decadencia y tristeza, con una presencia tan apagada como una habitación oscura. En esta familia llegó una nueva alma, un nuevo aliento fresco para respirar en medio de la decadencia. Su nombre era Keysha, era diminuta como un guisante y tenía la piel mulata. Su cabello era tan rizado como las olas de la playa y sonreía tan ampliamente como un sol feliz. No había una razón exacta por la cual su madre eligió el nombre Keysha, simplemente pensó que el nombre era único. Pero para Keysha, siempre creyó que su nombre era tan normal como el de cualquier otra persona. Que su nombre no tenía ningún significado, lo cual es incorrecto. Keysha sí tiene un significado, su nombre significa “canela”. No, no como bailarina, sino como una hermosa especia. Supongo que se podría decir que la canela se correlaciona con la personalidad de Keysha. Keysha es dulce pero también fuerte. Le gusta ser amable con los demás porque los demás no fueron amables con ella. Pero al mismo tiempo, es una persona fuerte. No tolera tonterías de nadie.

A medida que el tiempo pasaba, todo y todos evolucionaron dentro de la existencia de Dios. Todos estaban tan felices como una abeja, pero había una persona que no encajaba en esa agenda de felicidad. Como habrás adivinado, era Keysha. A sus ojos, todos eran perfectamente perfectos. Todas las chicas tenían algo por lo que trabajar, y todos los chicos también tenían algo por lo que trabajaban. Esto hizo que Keysha comenzará a sentirse triste. Porque ella también quería eso. Un propósito, una razón y una base. Por más que intentara trabajar por lo que quería, todo se convirtió en un desastre. Se podría decir que se rindió consigo misma, especialmente renunciando a quién era como persona. Keysha siempre tuvo una intención: “amar a las personas como ella se amaría a sí misma”. Pero esa idea empezó a desvanecerse. Las inseguridades crecieron como bacterias. Cuanto más crecían, más empezaban a afectar su vida. Empezaron a matarla, bueno, no literalmente, pero eso es lo que sentía Keysha.

Las lágrimas comenzaron a fluir de sus ojos como una cascada. Confundida por qué no podía ser como los demás, ser tan llamada “perfectamente perfecta” como ellos. Un día, en una fría noche de invierno, era un martes. Aunque a Keysha nunca la criaron como una persona religiosa, era de esas personas que pensaban que “sí, alguien nos creó, pero no creo que haya sido Jesús”. Se encontró a sí misma rezando. ¿A quién exactamente? No lo sabía, pero en este punto de su vida solo necesitaba algo positivo para seguir adelante.

“Querido alguien allá arriba, si hay alguien allá fuera, ¿puedes ayudarme, por favor? Estoy teniendo problemas para ser feliz conmigo misma. No sé por qué, pero lo que sí sé es que no me gusta sentirme así. No me gusta compararme con los demás, y no quiero hacerlo. No puedo evitarlo, aunque intente detenerme. Todavía encontraré una manera de hundirme en ese agujero nuevamente. Quiero saber cómo amarme a mí misma, quiero aprender cómo hacerlo. Incluso si lleva años, solo quiero estar en paz. Tener el cierre que merezco. Siento que solo tú puedes ayudarme.”

Después de la oración, no hubo nada más que silencio. Sentía que rezar era inútil, que nadie iba a responder a su llamado. Keysha simplemente lo ignoró y se fue a dormir. Después de esa noche, nada cambió para Keysha. Aún se sentía igual que antes, excepto por este momento en su vida. Después de períodos de tiempo, Keysha finalmente se sintió en paz con todo. Estaba tan acostumbrada a respirar aire contaminado toda su vida que esta fue la primera vez en su vida que finalmente pudo respirar aire fresco.