Sorry

Mi nombre es Maycol Rivas, tengo 17 años, y soy de Caracas, Venezuela. Deje mi país cuando tenía 16  años y fue una experiencia difícil e inolvidable. Antes de viajar a Estados Unidos, vivía en Venezuela: un país donde lamentablemente agarró el mando un presidente malo que hizo que la economía del país decayera. Ahí fue cuando me dije a mi mismo, aquí  no voy a poder tener un buen futuro,  así que decidí viajar para Colombia. En Colombia no podía estudiar, solo podía trabajar. Aunque mis estudios nunca me gustaron, sabía el valor que tenían así que en ese país no estaba completo y tuve que salir de ese país. Me dolió mucho porque tuve  que dejar a una persona muy especial para mi: mi novia, pero algún día volveré a estar con ella otra vez. Fue una despedida muy fuerte para mi, salí y emprendí mi nuevo viaje hacia Estados Unidos. Los primeros días en la selva todo iba bien hasta que el tercer día cuando llegó el desespero y angustia por salir de allí,  ya no teníamos suministro de comida, la gente se moría en el camino y algunos no podrían estar donde les gustaría estar. 

 El viaje hasta los Estados Unidos nos tomó a mi papá y a mi un mes y medio en total, recorriendo muchos países y lugares peligrosos como la selva del Darién y México. Al llegar a los Estados Unidos tuvimos que estar en un refugio durante cuatro días. Ese refugio era muy parecido a una cárcel, nos daban comida pero no teníamos acceso a los medios de comunicación, teníamos que compartir un salón, y un baño con más de 40 personas. De allí, nos trasladaron a otro refugio, pero con mejores condiciones ya que contaba con un hotel y el viaje a New York. Después de muchos días, finalmente logramos llegar a Miami y empezar nuestra vida de cero.

A pesar de que vivir en los Estados Unidos se relaciona con mejores oportunidades y calidad de vida, aun extraño y quiero regresar a mi país. Venezuela me vio crecer y siempre será mi casa. Dejar a mi familia y amigos fue una decisión muy difícil ya que eso significaba tener que despedirme sin saber cuando los volvería a ver. Hasta el día de hoy, mantengo la esperanza de que podré volver y abrazarlos a todos.